Sinopsis
Localidad, sociedad,
cultura y vecindad son parte inherente del presente escrito, por su parte;
identidad, reconocimiento, amor y sentido de pertenencia son la esencia del
mismo, cuya finalidad más allá de
describir un espacio territorialmente definido según parámetros de división geográfica
y administrativa (como elemento fundamental de orden y planeación urbana), es traer a la memoria sucesos que los jóvenes de
hoy desconocen y que les serán enriquecedores en la medida que son ajenos a las
concepciones materialistas y a la desinformación mediática, propias de éstos
días; además de resaltar la riqueza sociocultural;
los valores y virtudes de aquellos que han contribuido a la conformación, el
desarrollo y crecimiento de ésta comunidad a la cual en el texto me refiero
como la 18, y por supuesto ofrecerles un modesto pero vehemente homenaje.
“Anoche estuve
soñando…”
Las más de las veces
cuando entablamos conversación con alguien que acabamos de conocer; entre
otras, la pregunta infaltable es: ¿usted de donde es? He aquí mi respuesta que va de lo general a
lo particular; “orgulloso me siento de ser un buen colombiano”, nacido en
Bogotá y criado en la 18.
Con el anhelo de que
el lector halle aquí una base sobre la cual cimentar principios de identidad y
construir un sentido de pertenecía para con la 18, y con la firme convicción de
que así será, continúo con este escrito que…
“Si bien espero de
corazón se contemple desde una visión holística, ajena a preconcepciones y
prejuicios de carácter político, espero también se convierta en fundamento y
horizonte en el camino que hoy señalo y que conduce hacia la propia identidad,
reconocimiento, amor y sentido de pertenencia”
La 18 es más que un
espacio simbólicamente delimitado, mucho más que un número asignado, es en realidad una historia forjada a partir
de sueños, esperanzas y de ganas; de
esfuerzo, trabajo y de la lucha incansable de aquellos los vecinos que
inicialmente poblaron este sector, de su descendencia y de en su momento,
cientos de personas provenientes de otras tierras; en su gran mayoría
Boyacenses de pura raza. En fin, personas que no fueron bienvenidas, sino más
bien acogidas.
Todos los colombianos
tienen derecho a vivienda digna, art. 51 Constitución Política de Colombia
Aquellos los
acogidos; lucharon con alma vida y sombrero y no pusieron, sino más bien
impusieron en practica su derecho a una vivienda (cabe mencionar que
inicialmente varios de los barrios que hoy conforman la 18; se iniciaron a
partir de la invasión (apropiación) de lotes por parte de familias desplazadas
como consecuencia de la llamada guerra de los mil días), “para muchos no muy digna que digamos” pero vivienda en la medida que brindaba
refugio y protección contra las
inclemencias climáticas.
Rafael Uribe Uribe en
honor a quien se bautizo la 18, pronunció en su Oración por la Igualdad:
“se
trata realmente de abrir la era de la paz voluntaria y de cerrar la del rencor,
las animosidades y la discordia; se trata de que acaben los agravios y el odio
y de que haya otra vez familia colombiana”
Tomando como fundamento y horizonte estas
palabras de aquel prócer; “apóstol del pueblo y mártir de la democracia”, propongo
firmemente no volver la espalda a la 18, retribuirle con apego, con cariño y
sobretodo con trabajo su acogimiento.
Se
trata pues de abrir las puertas del corazón a la bondad y cerrarlas a la indiferencia, pensar en
términos de comunidad. Se trata de dignificar la labor de cada uno de los
vecinos y de enaltecer las virtudes de la 18.