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DISERTACIONES PARA LA SECUNDARIA III


El mundo hay que rescatarlo de la contaminación mental

Dicen que la verdad se esconde, pero siempre está allí, esperando paciente
a que un valiente la quiera descubrir.
Delírium Trémens

Mientras en la buseta se contemplaba a sí mismo, escurriendo agua de su lujoso vestido y fina corbata; los pies encharcados dentro de sus costosos zapatos y sintiendo el hedor que cuando emana del paño empapado, hace pensar en un perro callejero; Ricardo se lamentaba de su suerte. De pronto; a través de la ventana vio un hombre quien, bajo la lluvia, sin camisa y sin zapatos, caminaba por entre los carros pidiendo una limosna; entonces reconoció que pese a la circunstancia del momento; era en verdad afortunado, y quiso regalarle su camisa al hombre. En ese momento el conductor subió el volumen de la radio y la noticia del lanzamiento del PlayStation 4 lo distrajo de lo que estaba pensando; mas aquel suceso quedo grabado en su corazón y su memoria, y un buen día me lo compartió.

¡Y es que esa pequeña o gran parte de bondad que tenemos, también nos hace hermanitos y hermanitas!

Un cerdo nunca a otro cerdo perjudica, ni el ciervo al ciervo,
solo el hombre al hombre mata, despoja y crucifica.
Maquiavelo

Los seres humanos somos bondadosos por naturaleza, lo que sucede es que algunos han perdido la bondad en el camino ¡no pierdan la suya!, quién sabe quién se encontraría la de Hitler, Mussolini, Idi Amín, Francisco Franco o de tantos otros; no fueron capaces de devolverlas y dense cuenta todo lo que causaron. Si alguien encuentra la bondad de por ejemplo: Jacob Zuma o Kim Jong-un, ¡no se la guarden!, ¡devuélvanla!; en verdad la necesitan y más los pueblos que están siendo devastados por la crueldad de sus gobiernos.

Hablando del gobierno…

Información a medias o a conveniencia de los involucrados – desinformación; personas convertidas en mercancías – estereotipos; sexo hasta en anuncios de  golosinas – lujuria; carros lujosos y joyas deslumbrantes - ostentación, cuerpos perfectos y rostros encantadores – vanidad; artilugios tecnológicos que semanalmente caen en la obsolescencia - materialismo; objetos inútiles convertidos en necesarios – consumismo; provocadoras mujeres ligeras de ropa hasta para vender productos dentales – obscenidad; sangre y armas en los dibujos animados – violencia; y un largo etcétera, son parte de las artimañas utilizadas por el sistema para manejarnos como marionetas; mantenernos ocupados y no dar lugar a la autonomía e independencia de pensamiento que despierta el sentido de humanidad y motiva en los hombres y mujeres su espíritu de lucha.

En fin, contaminados por un sistema que mide el éxito según las posesiones materiales (casa con piscina, carro de alta gama, ropa fina, joyas, la Tablet, el iPhone, etc.), al punto de en su carencia; sentirnos miserables e ilegítimos frente a la élite de la sociedad, obviamos que la verdadera riqueza es espiritual; no quiero con esto decir que no debemos también esforzarnos por conseguir ciertas posesiones, que entre otras, mejoran nuestra calidad de vida, pero, ¿acaso alguno ha reparado en que los lujos innecesarios y la ostentación son las cadenas de una forma moderna de esclavitud; o considerado que: con el dinero que alguien gasta comprando un iPhone, una familia de escasos recursos podría mercar durante más o menos un año o pagar el arriendo de por lo menos ocho meses? y esto en la urbe de la capital, en otros lugares lo mismo representaría aún más.  

 “¿Cómo quieren fomentar la educación si un libro es más caro que una botella de licor?”

…y un lápiz lo es más que un cigarrillo.

Los intereses del gobierno están lejos de que el pueblo se eduque; saben que un pueblo culto no dudará en sacudirse el yugo de la opresión. Como seguramente compartirán este sentimiento; piensen en lo siguiente: en vista de que al gobierno no le conviene que nos eduquemos; ilustrarnos se convierte en un justo acto de rebeldía.

Parafraseando a Edmundo D´Amicis (Corazón, 1986): el conocimiento es para nosotros arma y escudo a la vez, el día a día se hace campo de batalla y superar los obstáculos que nos impone el sistema para acceder a la educación (el dinero por demás), son batallas por librar.

Revístanse de valor y continúen incansables, inquebrantables, firmes en sus propósitos; crean en sí mismos y sigan resistiendo que; labrarse un buen futuro será una de sus mayores victorias y convertir el nuestro en “el mejor de los mundos posibles”, significará; haberle ganado la guerra a la infamia. 

Como habrán notado (espero), que para mí el final; finalmente es el comienzo, concluyan pues que estas son solamente algunas de las razones por las cuales se hace preciso que rescatemos el mundo de la contaminación mental; de obsesiones mezquinas, de la idea de esperar que las cosas nos caigan del cielo, y la más absurda aun, pensar que tenemos que pasar por sobre los demás para lograr lo que nos proponemos en la vida. Las cosas se ganan con trabajo duro, con esfuerzo, dedicación y uno que otro sacrificio; los sueños sí se realizan, pero con disciplina, compromiso y convicción.
No hay perfección sin esfuerzo. Los mediocres jamás cosechan rosas por temor a las espinas.
José Ingenieros

¡Levántense!  Y apaguen el televisor para que prendan la imaginación.

Por un momento apaguen esa caja de manipulación mental, así podrán resurgir de la distracción y pensar la realidad. Levanten la cabeza de su teléfono celular; para superar los retos que cada día trae consigo debemos estar conectados con el entorno y no abstraídos. Desconéctense del chat y busquen un buen artículo para leer, pongan los controles de la consola sobre la mesa y sálganse a caminar un rato. Además de darse un respiro, salir de la rutina y abrir la mente a la verdad; con ello estarán recuperando parte de la libertad que los medios y los artificios tecnológicos nos están arrebatando.

Volviendo a lo de la educación ¿ya hicieron las tareas? Entonces; una cosa más antes de que se vayan a hacerlas:

No desperdicien su juventud; jueguen todo lo que puedan, bailen, canten, diviértanse en todos sus quehaceres, rían hasta que les duela la barriga; pero que no pase en vano ni uno solo de sus días, para que en el futuro no les duela mirar atrás. Eso de que no hay que arrepentirse es consuelo de tontos, más bien hay que actuar de manera que no tengamos luego motivos de arrepentimiento, bien por algo que hayamos hecho o por algo que no nos atrevimos a hacer.

Muchas veces he querido devolver el tiempo para silenciar esas palabras que lastimaron y detener esas acciones que causaron tanto daño; volver al pasado y decirle a aquella niña que la amo; hoy todavía me pregunto: ¿qué hubiese pasado?