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Evocando el cielo de Rubén Darío


El día está frío
y danzan en el aire las nostalgias
Un acertijo
para distraer el pensamiento 
y serenar las ansias

Decidme
¿cuál es el veloz atleta
que al pasado le da vida,
al presente la agonía
y al futuro da la muerte?

POR UNA NOCHE

Esta no es una declaración,
es más bien una justificación;
pues, dirán que estaba borracho
y tendrán razón
pero, ebrio o en sobriedad;
no deja de latir el corazón.
Recito y construyo versos
en un estado u otro;
de esta o aquella manera siento,
digo, rio y también lloro.

POR UNA NOCHE

por aquella noche
que me embriague dos veces,
me embriago la cerveza
y me embriago tu belleza.
Porque eres bella
aunque a veces;
 no te acuerdes,
aunque te lo expresen
y la situación lo desmienta;
-                     eso es lo que todos dicen
pero una noche,
te lo dijo un poeta.
Porque hay noches
que son bellas,
y otras que son más bellas.
La culpa fue tuya
pero no fue tuya,
estabas vestida de gala
pero no me esperabas.
"La culpa es de uno"
porque no ilusiona,
porque no convence,
porque no apasiona;
la culpa es de uno
porque no es creíble,
y la culpa es tuya
porque no creíste.



MADRE ABRÁZAME OTRA VEZ


Has escuchado y aprendido
muchos cuentos e historias,
algunas más bellas que otras;
mas hay una que sin duda
tiene un poco de todas.
Habla de ti y es,
mi mejor historia,
mi primera historia, en realidad;
la más bella de mis historias.

Escuchaste la de caperucita y el lobo,
en aquella mamá enviaba los pastelitos,
en la mía;
arepas, envueltos o empanadas;
aquí ni cazador, ni tijeras, ni escopetas;
ni por falta que hicieran,
un palo te bastaría y
pobrecito lobo, no tendría;
quien lo salve de la paliza.
Bueno; yo no podría ser caperucita
evidentemente; ni niña, ni de rojo
y lo del mandado ¡mejor bien empacadito!
no sea que me antoje
 y pellizquito a pellizquito 
me lo coma todo por el camino.
Madre no me reprendas y más bien,
abrázame otra vez.

Recordaras también;
la del pastorcito mentiroso.
En mi cuento y pese a la mentira,
me habrías salvado el día;
esperarías a que perdiera una
o quizás dos ovejas
 y luego me dirías;
eso le pasa pa' que aprenda.
Ni lobo, ni rebaño, ni pastor,
pero sí uno que otro engaño
una lección aprendida
y al final un merecido regaño.

Cual Rinrín renacuajo,
salgo cada mañana
muy tieso y muy majo
y muy desobediente
tu madre me dices ¡no salgas!
cuando algo malo presientes,
pero yo doy un salto, me voy
y al poco me estrello de frente.
Perdóname porque no te escuché
y por favor madre,
abrázame otra vez.

¡Ah! el colmo dejar pasar la de pinocho,
porque eso sí pa´ mentiroso.
Bueno fui, no creo hoy ser así;
pero eso sí, que de ese niño,
me quede con la nariz.
En ocasiones por el dolor que te causo,
bien podrías madre decir, que soy de palo;
como pepe grillo, estas siempre ahí, aconsejando
y cual hada madrina, dándome alientos de vida.

Juanito y los fríjoles mágicos:
en mi cuento si hay magia y Juanito,
pero; los fríjoles son las lentejas,
con que me llenas los bolsillos,
cada que un nuevo año comienza.
Me ha faltado creer un poco más,
dejar la necedad,
para descubrir y ver,
que la magia está;
en todo lo que me das.
Madre abrázame otra vez.

Me sé de memoria por cierto, un bello cuento.
Se trata de un niño, Juanito; no el mismo,
aunque tengo un poco de cada uno de aquellos,
probablemente; mucho de cuento y algo de chiste,
en fin, la mejor parte de esta historia, tú la escribiste.
Se trata de un niño, Juanito; no el mismo,
es del Juanito aquel, a quien le diste el ser;
al que alimento tu pecho,
que arrullo tu canto, en tanto escuchaba tu canto,
que aprendió a caminar y uno, dos o tres pasos
para llegar a tus brazos;
hoy tengo que dar algunos más,
o tal vez; cruzar parte de la ciudad.
Madre abrázame otra vez,
que hoy también, como ayer,
quiero llegar a tus brazos,
entregarte una flor, dos o tres
¡no traje ramo!
pero te hice este regalo
aunque es tan solo un pequeño detalle,
en realidad; muy poco para compensarte
todo mi corazón está envuelto en el
gracias madre,
y permite que esta vez,
sea yo quien te abrace.
Seguramente más tarde,
me tendré que ir
pero ten presente, madre;
que regresaré
para abrazarte y que me abraces
una y otra vez.


A LA MEMORIA DE LOS QUE NO VIMOS VOLAR



Despertaba el cinco de enero
cuando fueron encontrados,
el uno se hallaba muerto
el otro apenas respirando

Y ahora, ¿Qué hacer con ellos?
fue el tema de la mañana,
habrá que hacer un entierro
y habrá que preparar una cama

Por la urgencia del asunto
hubo que bautizarlos,
Plumas se escribió en un epitafio
Spirit se llamó a su hermano

Pasado apenas un día
Spirit seguía luchando,
él perseguía la vida
nosotros queríamos cuidarlo.

Se le abrigó una cajita
con retazos de tela y papel,
luego se le compró comida
intentamos cuidarle bien

Soñamos que Spirit crecía
y su canto nos despertaba,
y que agradecido un día
se despedía mientras volaba

Mas la realidad que suele ser
con los sueños inclemente,
un día después nos hizo ver
la llegada de su muerte

Ahora me anima pensar
que está junto a su hermano,
y en un coro celestial,
felices la pasan cantando

No se sienta herido tu corazón
ni se apague tu sonrisa,
por la ausencia de aquellos dos
que pasaron con tal prisa

Has de saber que desde hoy
y hasta que finalice nuestro vuelo,
cuando como sin razón
volvamos la mirada al cielo

y cada vez que de repente
escuchemos el más bello cantar,
pero al buscar de donde viene
nada podamos hallar

No es cuestión de enloquecer
habrá que cerrar los ojos,
y entonces podremos ver
que aquel canto melodioso

está siendo entonado
y dedicado para nosotros,
son Plumas y Spirit cantando
muchas gracias y hasta pronto.