¡Vaya que aquel hombre nunca fue tan bueno, ni tan hermoso
como en aquel día!
Le fue tan gracioso darse cuenta que nunca antes había
reunido a tantas personas en torno a sí; ¡jamás imaginó tener tantos amigos!
Después de todo; a lo mejor el que se iba no era él, tendría
que ser algún otro y sin embargo... continuaban llegando arreglos florales y su nombre
impreso en la cinta color violeta.