Etiquetas

Un pequeño detalle


Luego de  años y años, andando, aventurando, errando y sin conseguir llegar a la montaña; decidí sentarme a esperar que la montaña viniese a mí.

Y así, continué años y años esperando, hasta que al fin; con casi cuatro décadas a cuestas, cansado de andar y de esperar; me di cuenta que no había considerado un pequeño detalle…


¡Yo no era Mahoma!