Hace tan solo unos días...
Una mujer de admirar así es mi abuela
Una mujer que no daría lugar a un debate, porque en
nuestra familia todos estamos del lado de los que reconocemos en mi abue a la
mujer más fuerte, más valiente y amorosa.
Y no, no se trata de las
palabras que amerita la ocasión, estoy diciendo la verdad y la verdad, no le
hace justicia, mi abuela es mucho más.
La mujer del tierno regaño,
del dulce consuelo, del sabio consejo. La mujer de la memoria extraordinaria, a
la que no se le escapaba nada, bueno nosotros cuando podíamos, pero para tener
que regresar arrepentidos porque eso no se le hace a mi abuela.
Y estas palabras NO le hacen
justicia. Mi vieja hermosa, mi Toya, nuestra Vicky es mucho más y siempre mereció
más de lo que recibió a cambio de darlo todo por nosotros. Nos enseñó lo
que significa sacarse el bocado de la boca y aquello del milagro de la
multiplicación, nunca olvidaremos que de lo que mi abuela preparaba para tres o
cuatro terminábamos comiendo hasta diez y esto lo vivieron quienes alguna vez
fueron a la casa de mi abuela.
Es por ejemplo muestra de que
la vista engaña, se la ve menudita, pero todos sabemos cuan grande es mi
abuelita.
¿Para dónde vas? ¿Para dónde
vas mi viejis? ¡y tan bonita!
Si bien es cierto que no todos,
algunos la hemos tenido pegada a la ventana, preocupada, orando y preguntando
al que pasa si nos han visto, si bien eso es cierto, también lo es que por
todos se ha desvelado y por todos ha elevado sus plegarias.
A mí me adora, sí a ustedes también, pero yo estoy en las primeras
casillas de la interminable lista de sus afectos. No sé cómo me pudieron ganar
algunos, seguramente se portaron más mal.
¡Ay mi viejis! si por ti fuera, si por ti fuese estarías aquí reconfortándonos
a todos. ¡Pero estás!
Y ¿Para dónde vas? ¿Para dónde vas mi viejis? ¡y tan bonita!
Te amo, mi viejita hermosa, te amo y me siento abandonado, no por ti,
por la vida. La vida que tampoco ha sido justa contigo, pues eres solo amor y
sacrificio y eso no te lo compensó, no como debiera.
¡Qué sí mi viejita! que ya desayuné, las
arepitas que me guardaste, me las comí, estaban deliciosas, mis hijos están
bien, que en el trabajo bien.
Qué sí mi viejis, ahí está P, como siempre ha estado. Sí viejita
linda, ahí está la negra y el T, y C y V también., mira allí a J y
a R, más allacito T, D, L; V, C y nuestros niños tus biznietos
también. Y cuántos más. Mira cuantas más personas te aman, te admiran y
respetan.
Sí, así es, estamos todos y muy unidos como
nos enseñaste y así seguirá siendo. Estamos todos y muy unidos porque nos amas,
porque te amamos y porque aprendimos.
Sí, definitivamente el amor es la mayor de tus enseñanzas y si se nos
hiciera un examen no solamente ninguno reprobaríamos, sino que todos sacaríamos
la nota más elevada. El mérito es tuyo, Toya.
Pero, ¿para dónde vas? ¿Para dónde vas mi viejis? ¡y tan bonita!
¡Qué sí mie vieja, que todos estamos bien!
Tienes razón abue, como engañarte sí siempre
vas un paso adelante y también ahora.
Tienes razón abue, no estamos bien, no hoy, no mañana, seguramente más
adelantico estaremos un poco mejor y eso también será gracias a ti y a tus
oraciones, tus inagotables oraciones que nos han llevado y traído con bien todos
estos años.
Ay mi Vicky Siempre preocupada por todos nosotros mucho más que por ti,
pero mi viejis,
¿para dónde vas?¡y tan bonita!
Bueno, abue, cierra la ventana y ve tranquila que tus bendiciones nos seguirán
llevando y trayendo con bien.
Gracias mi vieja hermosa.
Espera un momento abue, mi bendición.