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Cuando se lamenta la soledad...

Cuando se lamenta la soledad
                                              recuerda, repara y anhela.

    Hasta ayer había tomado la decisión definitiva de desbaratar cualquier mínima esperanza contigo, pero hoy, me encuentro tu fotografía y de nuevo me duele tanto no tenerte, otra vez me lamento por mi equivocación, nuevamente vislumbro una ilusión que me permito no porque considere o espere “el milagro” sino porque sencillamente me concede una sonrisa y esa si no estoy dispuesto a perderla  ... y determino conservar tu fotografía, guardarla lo más pronto posible no va y sea que te dé por quitarla...

A riesgo de perder la oportunidad de guardarmela, decido esperar... con cierto temor me ocupo de otras cosas y al rato... Te he visto bella pero no tanto como ahora, definitivamente duele no ser alguien más para ti. Considero aclarar que no se trata de una obsesión, es físico amor, perecedero como la vida, pero no del todo, seguramente cuando vuelva a verte, aunque sea en esta o alguna otra fotografía volveré a lamentar no tenerte mientras vuelvo a amarte, pero como ahora te amaré solamente hasta que acepte la realidad.

Dices tantas, tantas cosas que no atino que escuchar de primeras, si a tus ojos, si a tu boca o si a tu cabello. No a tus ojos porque se roban el protagonismo y me conducen a pensar en la palabra estremecimiento y sí, eso es lo que me causan. No a tu boca porque imposible cerrar mis oídos a tal sonrisa o a la candidez de tus dientes; imposible no pensar en un beso. No a tu cabello porque se quedó guardado en mi memoria desde el primer instante y porque me tendría horas y horas tratando de despeinarlo de la mejor manera, aunque seguramente no lograré superar el cómo lo llevas ahora.   

Perfección es la otra palabra que se me ocurre mientras sigo mirándote, aunque considero mejor decir, contemplándote.

En la contemplación de tu rostro, perfección, ensueño y melancolía son las siguientes palabras que concibo: perfección pues no podrías ser más bella, ensueño, porque quisiera fueras parte de mi vida y por supuesto ser yo parte de la tuya, y melancolía, porque sé que eso no será. Ahora, también rabia porque seguramente serás la realidad de alguien más.

Pese a todo lo anterior, cómo quisiera que fueras siquiera ese alguien de quien me pudiera referir como mi amiga, por la cercanía de tu conversación, tu consejo, tu compañía y ese largo etcétera que la palabra envuelve. 


Cuando se lamenta la soledad,
                                              se manifiesta.

Esta mañana la casa estaba sola

Excepto por mí y los duendecillos

que se esconden a todas horas

Que se roban una media, hacen caer una olla,

espantan el gato,...

Esta mañana mi casa estaba muy sola

Excepto por los duendecillos y yo

Pero ellos se cansaron de cansar

Y aprecio el silencio,

pero no tanto la soledad

 no esta mañana. 


Cuando se lamenta la soledad,
                                              los días no son los mejores.


Hoy es un mal día

para escribir un poema 
a una mujer

Haré del día mi mejor poema

del poema mi mejor día 
y de la mujer... 

                        bueno ella fue la que comenzó todo



Cuando se lamenta la soledad,
                                             recuerda algun desatino de su parte.


Luce rosa mística, luce rostro de deidad, luce ropa del color de la noche, luce roca un cuerpo esculpido por algún Miguel Ángel... Luce roto un corazón que guardó silencio



Cuando se lamenta la soledad,

                                              vende hasta lo que no tiene
                                              o se vende;
                                              pues solo a sí se tiene 


... y en ocasiones verso


Por recesión besonómica

vendo versos
a tres besos con dos pesos
aquella que quiera 
comprarme algunos versos
debe saber
que solo son negociables
los pesos
los besos
los recibo completos

Al fin que a mí lo que me gusta

es besar
mas como se me da
lo de versar
por algunos besos
versos
y en ocasiones
verso 
por algún beso de peso 



Cuando se lamenta la soledad,

                                              se atreve; revela lo que necesita.


Necesito una mujer que me quiera

y que se arrepienta de hacerlo
primero lo segundo
porque legitima lo primero
en segundo lugar lo primero
porque será evidente en lo segundo



Cuando se lamenta la soledad,

                                              confiesa lo que siente y lo que lamenta.


El DoBle SeNtIdO dE lA pAlAbRa


                             Siento amarte




Cuando se lamenta la soledad,

                                              pone anuncios de prensa.


Busco un corazón que romper

busco un corazón que romper
y solo por compensar
pues el mío está en tantos pedazos
que ya no puedo contarlos
busco un corazón que romper
o al menos
                una calculadora




Cuando se lamenta la soledad,

                                              se cuestiona.


Ya tuve mujeres de otros, solamente por tenerlas,
ya tuve una propia y la perdí a propósito.
 Ahora me encuentro solo y
en soledad la pienso… No sé su nombre, no tengo presente su rostro, no se cuanto más tardará, pero la espero.
             ¿Cuál será la próxima mujer que me bese?
¿Cuál de una vez y para siempre?



Cuando se lamenta la soledad,

                                              reclama                                           


Has vuelto a decir buenas noches sin decirlo
Es la décima o vigésima vez del día, la centésima de la semana;
la cuenta es lo de menos, lo demás, lo que lastima,
es que todas esas buenas noches han sido de despedida.
No volvió a haber saludo, ni charla, ni risa, ni promesa fingida,
solamente; despedida...

y ni siquiera        una palabra.




Cuando se lamenta la soledad,
                                              monologa.


Una hoja en blanco dice tanto
y guarda tantos silencios
y tantos secretos
compartidos por aquellas imprudentes paredes
que han prestado oído a las confesiones
de amantes soñadores conspiradores y suicidas






ACERCA DE LA VERDADERA RIQUEZA


Papá siempre les había dicho que la verdadera riqueza estaba al alcance de sus manos, sus ojos, oídos, nariz y boca. Sin embargo, los pequeños Juan y Miguel continuaban buscando tesoros escondidos por todos los rincones de la casa. Tal era su empeño que todos los días, al llegar del colegio, rápidamente se cambiaban de ropa para comenzar su incansable búsqueda. A regañadientes, terminaban sus tareas para seguir en la tarea de buscar. Buscaban durante toda la tarde y luego de la cena, antes de que les mandaran a dormir. Los fines de semana ya no hacían más que buscar. Buscaban durante los comerciales, cuando veían sus programas favoritos en la televisión. Buscaban en sus juegos y hasta en sus sueños.

Como pasaban los días y los pequeños seguían sin comprender lo que realmente su padre quería que aprendieran, él decidió brindarles una pequeña ayuda. Con muestras de enojo los llamó una tarde y les dijo:

—¡Dejen de estar perdiendo el tiempo! Si no tienen nada importante para hacer, vayan a arreglar el cuarto de los chécheres. Desde que su abuelo se fue de viaje al Cielo, nadie se asoma por allá.

Por supuesto, no les gustó ni poquito, pero no tenían más remedio que hacer caso. Entonces se internaron en aquella selva de recuerdos, muebles y cosas viejas, que en otro tiempo fueron apreciadas como pocas hoy.

Estando allí, mientras se miraban el uno al otro como preguntándose por dónde empezar, Miguel se sentó sobre un bulto que estaba cubierto con una manta bordada con imágenes de hermosos delfines azules y rosados y comenzó a patear acompasadamente con sus talones: pah pah pah. El golpeteo produjo un ruido como si algo se quebrara… y Juan algo exaltado le dijo:

—Ahora sí la completamos, papá nos va a castigar al menos hasta que terminemos el colegio y faltan como diez años para eso. ¡Levántate!, miremos qué se rompió.

Quitaron la manta y ahí estaba...

Un viejo baúl de madera, forrado con algunos retazos de cuero y abrazado por una cinta con una inscripción que decía: “Propiedad del abuelo”.

—¡Es el tesoro! — dijo Miguel

—¡Lo encontramos! ¡lo encontramos! — gritó Juan y saltó a abrazarlo.

A pesar de la emoción, lo primero que hicieron fue revisarlo por fuera y se alegraron aún más al ver que no se había roto, pues el ruido que habían escuchado era producto del candado que se había abierto por los talonazos de Miguel al baúl.

Quitaron el candado y al abrir la tapa, fue tanto su asombro que dieron al mismo tiempo un salto atrás. El viejo baúl dejaba escapar las más deliciosas fragancias naturales: una armonía de olores, entre los que se percibían el perfume del limonero, del naranjo, del almendro, de las rosas, los jazmines, la hierbabuena y otras plantas aromáticas.

Al momento, como si fuese una cajita de música, del interior del baúl comenzaron a sonar las más hermosas melodías de la naturaleza: una sinfonía de trinar de aves, arrullo de viento, el tararear de los riachuelos al roce de las rocas, la armonía de una cascada, la dulce voz de las olas de mar, el canto de ballenas y un sinfín de coros entonados por diversas especies de animales.

Y eso no era todo; en el interior del baúl les aguardaban más sorpresas.

Los niños se acercaron lentamente y en cuanto la curiosidad superó al temor; comenzaron a examinar uno a uno los esplendorosos objetos que estaban guardados:

Algunos frutos de la tierra, las hojas de un árbol, unos puñados de arena y agua de mar contenidos en una botella, una quena de caña, una abejita regordeta, un pez dorado, un curioso objeto hecho con cuerdas de lana de varios tamaños y colores y anudado en algunas partes (tiempo después se enterarían de que se llamaba quipu) y otras hermosas creaciones tejidas por las manos de, quizás, las abuelas de los abuelos del abuelo.

Cuando terminaron ese maravilloso inventario, los niños coincidieron en que definitivamente no era el tesoro que esperaban encontrar, pero aquellas cosas hacían más felices a las personas; y como una luz que se enciende ahuyentando a la oscuridad, recordaron las palabras que papá siempre les había dicho.

La verdadera riqueza...

Luego de una pequeña contribución de su parte a los tesoros del baúl: unos granos de cacao y unas cuantas semillas de cereza, lo dejaron como lo habían encontrado y fueron a contárselo a su padre.

Fue un momento en verdad conmovedor. Los niños por fin lo habían comprendido. En aquel momento, los tres se abrazaron, rieron y lloraron de alegría y, al rato, se encontraban firmando un improvisado contrato, en donde acordaban un fin de semana cada mes, salir al campo tras la búsqueda de más tesoros: un árbol sabio al cual abrazar, un gorrión mudo para sacarle unas cuantas palabras, un limonero que brinde su aroma, una abeja para perseguir en busca de su manantial de miel y un pez emisario por quien enterarse de las nuevas buenas noticias de la naturaleza y enviar sus mensajes a los rincones de la Tierra:

Amar y cuidar a la naturaleza es la mejor manera de agradecerle por todo lo que nos brinda.

                                                                                                                               Juan

Quiero que todos cuidemos la naturaleza, porque nos da lo que todos necesitamos para vivir felices.

Miguel

La verdadera riqueza está al alcance de tus manos, tus ojos, oídos, nariz y boca.

Papá

 

Una última cosa, por ahora...

 

El pez emisario está esperando tu mensaje. Escríbelo allí abajito.


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Firma _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _


 

DISERTACIONES PARA LA SECUNDARIA III


El mundo hay que rescatarlo de la contaminación mental

Dicen que la verdad se esconde, pero siempre está allí, esperando paciente
a que un valiente la quiera descubrir.
Delírium Trémens

Mientras en la buseta se contemplaba a sí mismo, escurriendo agua de su lujoso vestido y fina corbata; los pies encharcados dentro de sus costosos zapatos y sintiendo el hedor que cuando emana del paño empapado, hace pensar en un perro callejero; Ricardo se lamentaba de su suerte. De pronto; a través de la ventana vio un hombre quien, bajo la lluvia, sin camisa y sin zapatos, caminaba por entre los carros pidiendo una limosna; entonces reconoció que pese a la circunstancia del momento; era en verdad afortunado, y quiso regalarle su camisa al hombre. En ese momento el conductor subió el volumen de la radio y la noticia del lanzamiento del PlayStation 4 lo distrajo de lo que estaba pensando; mas aquel suceso quedo grabado en su corazón y su memoria, y un buen día me lo compartió.

¡Y es que esa pequeña o gran parte de bondad que tenemos, también nos hace hermanitos y hermanitas!

Un cerdo nunca a otro cerdo perjudica, ni el ciervo al ciervo,
solo el hombre al hombre mata, despoja y crucifica.
Maquiavelo

Los seres humanos somos bondadosos por naturaleza, lo que sucede es que algunos han perdido la bondad en el camino ¡no pierdan la suya!, quién sabe quién se encontraría la de Hitler, Mussolini, Idi Amín, Francisco Franco o de tantos otros; no fueron capaces de devolverlas y dense cuenta todo lo que causaron. Si alguien encuentra la bondad de por ejemplo: Jacob Zuma o Kim Jong-un, ¡no se la guarden!, ¡devuélvanla!; en verdad la necesitan y más los pueblos que están siendo devastados por la crueldad de sus gobiernos.

Hablando del gobierno…

Información a medias o a conveniencia de los involucrados – desinformación; personas convertidas en mercancías – estereotipos; sexo hasta en anuncios de  golosinas – lujuria; carros lujosos y joyas deslumbrantes - ostentación, cuerpos perfectos y rostros encantadores – vanidad; artilugios tecnológicos que semanalmente caen en la obsolescencia - materialismo; objetos inútiles convertidos en necesarios – consumismo; provocadoras mujeres ligeras de ropa hasta para vender productos dentales – obscenidad; sangre y armas en los dibujos animados – violencia; y un largo etcétera, son parte de las artimañas utilizadas por el sistema para manejarnos como marionetas; mantenernos ocupados y no dar lugar a la autonomía e independencia de pensamiento que despierta el sentido de humanidad y motiva en los hombres y mujeres su espíritu de lucha.

En fin, contaminados por un sistema que mide el éxito según las posesiones materiales (casa con piscina, carro de alta gama, ropa fina, joyas, la Tablet, el iPhone, etc.), al punto de en su carencia; sentirnos miserables e ilegítimos frente a la élite de la sociedad, obviamos que la verdadera riqueza es espiritual; no quiero con esto decir que no debemos también esforzarnos por conseguir ciertas posesiones, que entre otras, mejoran nuestra calidad de vida, pero, ¿acaso alguno ha reparado en que los lujos innecesarios y la ostentación son las cadenas de una forma moderna de esclavitud; o considerado que: con el dinero que alguien gasta comprando un iPhone, una familia de escasos recursos podría mercar durante más o menos un año o pagar el arriendo de por lo menos ocho meses? y esto en la urbe de la capital, en otros lugares lo mismo representaría aún más.  

 “¿Cómo quieren fomentar la educación si un libro es más caro que una botella de licor?”

…y un lápiz lo es más que un cigarrillo.

Los intereses del gobierno están lejos de que el pueblo se eduque; saben que un pueblo culto no dudará en sacudirse el yugo de la opresión. Como seguramente compartirán este sentimiento; piensen en lo siguiente: en vista de que al gobierno no le conviene que nos eduquemos; ilustrarnos se convierte en un justo acto de rebeldía.

Parafraseando a Edmundo D´Amicis (Corazón, 1986): el conocimiento es para nosotros arma y escudo a la vez, el día a día se hace campo de batalla y superar los obstáculos que nos impone el sistema para acceder a la educación (el dinero por demás), son batallas por librar.

Revístanse de valor y continúen incansables, inquebrantables, firmes en sus propósitos; crean en sí mismos y sigan resistiendo que; labrarse un buen futuro será una de sus mayores victorias y convertir el nuestro en “el mejor de los mundos posibles”, significará; haberle ganado la guerra a la infamia. 

Como habrán notado (espero), que para mí el final; finalmente es el comienzo, concluyan pues que estas son solamente algunas de las razones por las cuales se hace preciso que rescatemos el mundo de la contaminación mental; de obsesiones mezquinas, de la idea de esperar que las cosas nos caigan del cielo, y la más absurda aun, pensar que tenemos que pasar por sobre los demás para lograr lo que nos proponemos en la vida. Las cosas se ganan con trabajo duro, con esfuerzo, dedicación y uno que otro sacrificio; los sueños sí se realizan, pero con disciplina, compromiso y convicción.
No hay perfección sin esfuerzo. Los mediocres jamás cosechan rosas por temor a las espinas.
José Ingenieros

¡Levántense!  Y apaguen el televisor para que prendan la imaginación.

Por un momento apaguen esa caja de manipulación mental, así podrán resurgir de la distracción y pensar la realidad. Levanten la cabeza de su teléfono celular; para superar los retos que cada día trae consigo debemos estar conectados con el entorno y no abstraídos. Desconéctense del chat y busquen un buen artículo para leer, pongan los controles de la consola sobre la mesa y sálganse a caminar un rato. Además de darse un respiro, salir de la rutina y abrir la mente a la verdad; con ello estarán recuperando parte de la libertad que los medios y los artificios tecnológicos nos están arrebatando.

Volviendo a lo de la educación ¿ya hicieron las tareas? Entonces; una cosa más antes de que se vayan a hacerlas:

No desperdicien su juventud; jueguen todo lo que puedan, bailen, canten, diviértanse en todos sus quehaceres, rían hasta que les duela la barriga; pero que no pase en vano ni uno solo de sus días, para que en el futuro no les duela mirar atrás. Eso de que no hay que arrepentirse es consuelo de tontos, más bien hay que actuar de manera que no tengamos luego motivos de arrepentimiento, bien por algo que hayamos hecho o por algo que no nos atrevimos a hacer.

Muchas veces he querido devolver el tiempo para silenciar esas palabras que lastimaron y detener esas acciones que causaron tanto daño; volver al pasado y decirle a aquella niña que la amo; hoy todavía me pregunto: ¿qué hubiese pasado?

DISERTACIONES PARA LA SECUNDARIA II


“Para comprender a los hombres debemos comprender sus obras, y entonces podremos aprender lo que la razón ha dictado o la pasión ha estimulado…”
Samuel Johnson


Antes de continuar develándoles aquellas; las reflexiones en las que he visto inmerso mi espíritu rapero; quiero expresarles que, desvaneciendo los límites  marcados por mi intensión de mostrar la otra cara de la moneda, la verdadera cara de los seres humanos que hay detrás de este universo de ideas y manifestaciones artísticas llamado hip hop; espero de corazón mis reflexiones lleguen a todos aquellos, quienes aun no compartiendo nuestra ideología y gusto musical quieran reparar en ellas y acogerlas para sí de algún modo; pues esa pequeña o gran parte que tenemos de conciencia también nos hace hermanitos y hermanitas.

La teoría de la justa medida

Entre el corazón y la cabeza se debaten constantemente nuestras acciones, y eso complica las cosas para tomar las decisiones correctas; habrá momentos en que debemos obras guiados por la razón (aunque termine herido el corazón) y otros en los que debemos escuchar el corazón (pese a que sea apaleada la razón); de cualquier forma, el secreto para acertar; está en la reflexión. Bueno; pero también habrá momentos, cuando la situación requiera de una decisión inmediata; entonces, una buena alternativa es aplicar “la teoría de la justa medida” nombre que inventé para referirme a una de las enseñanzas de mi madre, su célebre “ni tan tan, ni muy muy”.

Habitualmente (no siempre ya que una que otra picardía da sabor a la vida); podemos tener las mejores intenciones, pero el pensamiento no se hace visible sino en las acciones, mientras que las acciones no siempre son reflejo del pensamiento. Esto explica porqué el común de la gente no juzga según la manera de pensar, sino por la conducta y de ahí el famoso juzgar por las apariencias. Nosotros que bien sabemos lo que se siente, debemos esforzarnos para que nuestro proceder de buena cuenta de quienes somos en realidad.

Ahora bien; a pesar de la fama que se han ganado, no podemos desconocer que quizás no todos los gobernantes sean corruptos, ni todos los policías abusen de la autoridad, sin embargo; por esos pocos que lo son y lo hacen, ya no creemos en ninguno o si acaso haya alguno que tenga nuestra credibilidad; siempre está presente la duda. Esto mismo sucede en nuestro entorno; por los errores de algunos y por culpa de otros que se llaman a sí mimos raperos, visten ropa ancha y escuchan música rap, pero andan causando daño a los demás y dañándose a sí mismos; a todos nos encasillan, estigmatizan; juzgan, señalan y constantemente menosprecian.

Me mantengo firme en mi canto de rebeldía,
 podemos cambiar el mundo pues somos la mayoría.
Los Aldeanos.

Este es un gran verso, sin embargo; en cierta medida difiero respecto a su sentido literal; no pretendo desvirtuar el mensaje, ni mucho menos criticar a los artistas a quienes considero grandes representantes de nuestra cultura Hip Hop, además son sin duda alguna, excelentes letristas; con lo que no estoy del todo de acuerdo, es con la insistente idea de cambiar el mundo.

El mundo no se puede cambiar como quien cambia una naranja que salió dañada, imagínense yendo a golpearle a Dios y decirle:
     ¡Oiga señor, me puede cambiar este mundo que es que me salió dañado!
O como quien hace mal el mandado y lo devuelven a la fama del barrio
     ¡Oiga señor!, que manda decir mi mamá, que me cambie este mundo porque está contaminado, añejo y duro; yo lo había pedido limpio, fresquito y tiernito.

Lo que hay que hacer con nuestro mundo; es recuperarlo, repararlo y renovarlo. Si te sientes rapero; has de saber que está en nuestras manos hacer algo por mejorar este planeta y la situación que nos aqueja, y que eso hace parte de la ideología que abrazamos. Entenderás también; que esforzarnos por ser cada día mejores personas, enmendar nuestros errores y luchar por alcanzar nuestros sueños, es parte del comienzo.

En fin; podemos rescatar, reparar y renovar el mundo pues; definitivamente somos la mayoría.

Como muy seguramente no han hecho las tareas y no quiero interferir (más de lo necesario) con sus labores; por ahora concluyo con la siguiente exhortación:

Cuántas veces pude haber hecho cuántas cosas por cuánta gente, pero el temor, la arrogancia o la indiferencia fueron más fuertes.

DISERTACIONES PARA LA SECUNDARIA I


¡Hermanitos y hermanitas!, les llamo de esa manera porque considero somos hijos de un mismo Dios. Si no eres creyente; habrás de entender que somos parte de un mismo universo, habitantes de una misma tierra; seres de una misma especie, adeptos a una misma cultura; en fin, entre otras tantas concordancias, eso nos hace hermanitos y hermanitas.

Una vez justificado; paso a revelarles la primera (que no por ser la primera es la más importante), de un buen número de reflexiones, en las que me he visto inmerso durante esa parte de mi historia que ha girado en torno al hip hop.

El rap no está hecho para ser oído, sí para ser escuchado; oír es percibir, escuchar es abrir los ojos de la mente y las puertas del corazón para recibir, interpretar y reflexionar sobre el mensaje que se nos trasmite. Así es que la próxima vez que te pongas los audífonos ¡escucha! Cuando estés en clase ¡escucha! Cuando te aconsejen tus padres ¡escucha! Cuando te hable el corazón ¡escucha! y no dejes de escuchar tu vos y la mía, mientras lees lo que he de decirte a continuación.



“Tu simplemente vive, tu simplemente escribe, decide en tiempo record y olvida el rencor y recuerda lo que el viejo dijo:

En lo que sea, pero el mejor”

Nach Scratch


También expresado en una canción del afamado artista Diomedes Díaz (quien fuera gran exponente de esa parte invaluable de nuestro folclor y riqueza cultural, que es de la música vallenata), es esencial reparo, al momento de definir lo que queremos ser en la vida.

Quizás algunos de ustedes quieran ser hip hopper´s; deben entender lo que eso significa. En términos generales es cultura, pero; una cultura instituida a partir de preceptos ideológicos y cimentada en el amor, la abnegación y el rechazo a la injusticia y la inequidad. Alguno habrá pensado en ser médico, piloto, futbolista, modelo, actor, en fin; sé lo que quieras ser, pero sé de los buenos y entre los buenos, lucha siempre por ser el mejor. Los pésimos en cualquier profesión, causan mucho más daño que el bien que pudieran hacer, además; desvirtúan el empeño y esfuerzo de aquellos quienes realmente se entregan con alma y corazón a su oficio.


“El que camina mucho y lee mucho,

conoce mucho y sabe mucho”.

Miguel de Cervantes



Entre tantas de las maravillosas expresiones que el famoso manco de Lepanto nos legara; estas palabras han motivado mi ansia de conocimiento y conducido muchas de mis acciones. Caminar mucho se puede asumir literalmente, entre otras porque aporta grandes beneficios a la salud física y mental, pero también se puede pensar como la importancia de aprender diferentes oficios; lo cual, sin duda alguna cobrará valor en el momento menos esperado, o el más vago. Por otra parte; no importa si escoges el deporte, el modelaje, el arte, un trabajo de escritorio o uno un tanto más peligroso; leer es el complemento perfecto y el mayor garante para llegar a ser el mejor.


No es que la ropa nos quede grande, es que somos grandes, pero no lo nota nadie.



La bata no hace al médico, ni el portafolio al abogado; el escritorio de la oficina principal del palacio de Nariño no hace al presidente, ni el uniforme hace al soldado. La ropa tampoco hace al rapero, mas es parte de nuestra identidad y por sobre todo es expresión y un homenaje a la libertad (dejo a ustedes que investiguen el porqué), no a la libertad de expresión que, aunque hoy día tiene bastante que ver con la manera de vestir; es tema de otro momento. Por ahora les digo que: Si visten como raperos y el pantalón se le va a caer, no lo sostengan con la correa o con una cabuya, sosténgalo con argumentos.


Bueno y los argumentos, ¿Cómo para qué?


En primer lugar, para que cuando le pregunten por qué viste de esa manera, escucha esa música y anda con ese tipo de personas; la respuesta no sea: porque me gusta, porque quiero, ni muchos menos; porque sí. Solamente responden de esa manera aquellos que ocultan su mediocridad bajo un manto de arrogancia. En segunda instancia, porque si algo en verdad nos es importante; sucede como cuando conocemos a esa persona que nos roba el corazón, quisiéramos saberlo todo acerca de ella. La tercera razón, es afín a una necesidad inherente al ser humano y que ha dado lugar al surgimiento de la filosofía: “conocer el propósito de la existencia”, para lo cual es menester investigar acerca de nuestro origen. En el caso del hip hop; en tanto que cultura, conocer las raíces ancestrales de sus diferentes expresiones artísticas e instruirse según los saberes propios a las mismas; y como aspecto social; aprender acerca de los sucesos históricos que dieron lugar a su nacimiento, motivaron su desarrollo y han posibilitado su continuidad en el tiempo.

Así es que en favor de los argumentos; de nuestra cultura y más en favor nuestro como personas y como miembros de un movimiento deslumbrante y latente; vamos a escudriñar hasta saber los porqués del hip hop.


¡No te quedes con la duda!


Lee, investiga, pregunta; no desistas antes de haber encontrado las respuestas; sustenta siempre tus acciones con buenos argumentos y, ante todo; que no te suceda como lo plantea Robert Kiyosaki en uno de sus famosos libros:

No aprendemos la historia, memorizamos fechas y lugares; pero no aprendemos la lección”.






LA CULTURA DE LA PAZ I


No conozco de tal o cual especie es un árbol, pero al parecer mi hijo sí…

Un día, mientras caminábamos por el bosque (nombre con el que se conoce a uno de parques de la localidad Rafael Uribe Uribe, en la cual habitamos), Juan Andrés, mi hijo mayor, me dijo:

-¡Mira!, ese es un árbol de paz.

Aquellas palabras, me condujeron a pensar que aunque icónicamente la conocemos de blanco, la paz también se viste de verde; puede vérsele de azul o negro según la tinta del esfero o de otro color según el contexto; no obstante, lo que es en verdad más importante que el color, es que la paz se siembra, se canta, se actúa y se baila, se escribe y se recita; se retrata, se graba, se dibuja, se esculpe y hasta se cuenta en viñetas.

Las diversas expresiones artísticas y culturales desarrollan vocaciones, generan esparcimiento, sana diversión, motivan a la participación, promueven la convivencia y entre esto y aquello; mitigan los actos de violencia.

Abordando la cultura no desde la mirada a las costumbres y saberes heredados, sino desde su acepción a nuestro comportamiento como individuos (la manera de relacionarnos con los demás y el entorno, aspecto que se convierte en reflejo de quienes somos como personas); hemos de entender la cultura de la paz como la postura que asumimos en los diferentes escenarios y ante las diferentes situaciones que construyen nuestro día a día, y que partiendo de los procesos artísticos y las prácticas culturales que acogimos como parte de nuestras vidas, dan fe de la voluntad de cultivarnos como personas y contribuir en subsanar los quebrantos sociales que amenazan la vida.

La paz la hacemos todos de eso no hay duda, mas si la pregunta es ¿Cómo?...

He de decir que desde nuestro entorno y lo que cada uno hacemos: el trabajo, el estudio; el cuidado del medio ambiente; desde las diferentes expresiones artísticas que nos apasionan y las diversas manifestaciones culturales que nos motivan, y por supuesto desde nuestra actitud de rechazo frente a la discriminación, la opresión, la inequidad, la explotación y la injusticia. 



La cultura de la paz no equivale a pasividad.

Aunque es una posición válida, no podemos ser indiferentes en lo que a todos nos concierne. Desde lo individual lo estimable en este asunto, es el compromiso y la voluntad.

La cuestión no es sentarnos a esperar a que otros lo resuelvan, ni cruzarnos de brazos y tratar de no incomodar a nadie para que nadie nos incomode; pues, la paz es un tema colectivo y si somos conscientes de ello; coincidiremos en que lo que hay que hacer es actuar. Involucrarnos con responsabilidad y compromiso, en actividades que a la vez nos enriquecen como personas y aportan a una mejor convivencia. Por supuesto, en tanto no rebasemos los límites que el respeto precisa, y seamos conscientes de que otros transitan por el mismo camino que nosotros; aunque quizás nuestro modo de andar sea diferente y quizás ajeno a su gusto y viceversa.

Así es que; mientras otros dialogan, sigamos nosotros promoviendo acciones que por medio del arte y la cultura; en asuntos de paz, alcanzan un mayor impacto y cuestan menos que unas vacaciones en La Habana. Ya lo dice el viejo y conocido refrán: “es mejor prevenir que… tener que hacer o recibir visitas en el hospital, la cárcel o el cementerio.



No hay camino para la paz, la paz es el camino
Mahatma Gandhi